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Sobre la Psiquiatría y el médico psiquiatra

¿Qué es Psiquiatría?

La Psiquiatría es la rama de la Medicina que se ocupa de la evaluación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos mentales. Es una especialidad muy variada e interesante que existe desde épocas remotas de la civilización, entre creencias relacionadas con hechos sobrenaturales y tratamientos de tipo mágico-religioso que desdeñaban la existencia de enfermedad mental. A finales del siglo dieciocho comenzó a afianzarse como disciplina médica, aparecieron los primeros tratados sobre enfermedades mentales y el paciente se consideró un enfermo y no simplemente un poseído por espíritus. El advenimiento de eficaces en el tratamiento de los trastornos mentales colocó a la psiquiatría en una de las más excitantes fronteras de la medicina en la segunda mitad del siglo veinte. Los recientes avances de la neurociencia, con técnicas de neuroimágenes más precisas y diseño de psicofármacos más potentes, han mejorado significativamente el diagnóstico y el tratamiento de los trastornos mentales en la psiquiatría contemporánea.

 

¿Qué es y qué hace el psiquiatra?

Un psiquiatra es un profesional quien primero obtiene su título de Médico Cirujano (después de una sólida formación en Medicina durante unos 7 años) y luego de ganar experiencia suficiente como médico general adquiere formación especializada durante 3 años de estudio de Postgrado de Psiquiatría, a fin de especializarse en la atención y cuidado de personas con problemas de salud mental.

No hay que confundir al psiquiatra con el psicológo: éste es un profesional de la Psicología, especializado en la conducta humana y puede incluso indicar tratamiento basado en psicoterapia, pero no está facultado para prescribir medicación. El psiquiatra es un médico especializado en la evaluación, diagnóstico, tratamiento y prevención de los trastornos mentales y problemas emocionales, y está entrenado para comprender y tratar los problemas de salud mental desde tres perspectivas: física, emocional y social.  

Desde la perspectiva física el psiquiatra busca las causas orgánicas que puedan estar generando problemas que se manifiesten como síntomas psiquiátricos, tales como enfermedades sistémicas, hormonales o metabólicas, problemas infecciosos, traumatismos craneoencefálicos o enfermedades cerebrales diversas). Son muchas las enfermedades que pueden afectar el funcionamiento mental y que producen síntomas mentales. También los problemas emocionales y mentales afectan el funcionamiento del cuerpo y producen síntomas físicos porque la mente es una función del cerebro que es inseparable del cuerpo. El psiquiatra siempre investigará cualquier problema médico asociado para descartar alguna enfermedad física importante que pueda ser corregida y así aliviar la sintomatología psiquiátrica. 

Desde la perspectiva emocional, el psiquiatra busca los factores que pueden causar problemas mentales (como los cambios en el estado de ánimo o en la percepción de la realidad, la historia de acontecimientos vitales determinados, etc) y realizar el tratamiento específico utilizando técnicas de psicoterapia, asesoramiento y medicación.  Muchos pacientes que acuden a psiquiatría sólo son personas que están atravesando situaciones difíciles que conllevan a intenso malestar emocional, sin que ello implique necesariamente un trastorno mental grave.

Desde la perspectiva social, el psiquiatra evalúa las situaciones estresoras (problemas financieros, soledad, desempleo, rupturas, etc)  que pueden estar produciendo malestar intenso o dificultad para asumir los roles requeridos en el paciente y ayuda a resolver tales situaciones mediante el apoyo adecuado y las intervenciones en el estilo de vida. Conflictos en las relaciones interpersonales, crisis conyugales, problemas familiares, las pérdidas diversas, la emigración, la problemática económica y sociopolítica, la inseguridad social, etc; todos estos son factores que deben ser considerados y atendidos al momento de decidir el tratamiento más adecuado.

Como puede verse, el médico psiquiatra no es un médico "para locos", no se dedica a tratar solamente pacientes con enfermedades mentales graves como son los trastornos psicóticos (esquizofrenia, trastorno bipolar) sino que su campo de trabajo incluye todos los pacientes que presenten problemas de salud mental de cualquier tipo y cualquier intensidad. El psiquiatra realmente puede ayudar, bien sea ofreciendo una perspectiva más objetiva de la vida del paciente, ofreciendo sugerencias valiosas respecto a cómo afrontar los problemas, prescribiendo medicación apropiada, entre otras cosas.

 

¿Cuándo se debe acudir al psiquiatra?

No hay que esperar a que el sufrimiento personal o familiar sea insoportable para acudir al psiquiatra. Ciertamente, muchas personas deben sobreponerse al estigma social que producen los muchos mitos y errores de concepto respecto a esta disciplina, por lo que antes de decidir buscar la ayuda especializada dejan pasar mucho tiempo, prolongando innecesariamente su padecer.

Hay que ir al psiquiatra cuando se detecten síntomas y conductas que impliquen malestar emocional y/o disminución del funcionamiento familiar, laboral o interpersonal. ¿Para qué esperar a que las cosas se pongan peor? La presencia de los síntomas psiquiátricos y conductuales puede indicar una enfermedad que no es particularmente grave o incapacitante... o pueden ser el inicio de una enfermedad grave y progresiva que si no se atiende a tiempo lleva a una gran discapacidad funcional. El psiquiatra es el que está capacitado para precisar si es lo primero o lo segundo y podrá diseñar un plan de tratamiento adecuado.

No sólo las enfermedades mentales graves requieren atención psiquiátrica. La psiquiatría contemporánea lidia con una enorme variedad de problemas: adicciones, reacciones emocionales de todo tipo ante circunstancias de la vida traumáticas o conflictivas, conflictos en las relaciones interpersonales o laborales, crisis inesperadas, problemas psicosexuales, duelos no resueltos, trastornos de la alimentación, crisis de ansiedad, miedos paralizantes, "manías" o conductas compulsivas y pensamientos obsesivos, depresión, problemas de sueño persistentes, vivencias extrañas, problemas de memoria, preocupaciones constantes por la salud, exaltación del ánimo, etc. Todos estos son motivos de consulta muy frecuentes en la práctica clínica habitual. No se trata de psiquiatrizar los problemas comunes de la vida cotidiana por los que todas las personas atraviesan habitualmente, sino de detectar cuando una persona no está reaccionando normalmente a sus vivencias, con la consecuente desadaptación a su situación vital que le impedirá funcionar adecuadamente.

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