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Agorafobia

 

La agorafobia es un trastorno fóbico muy incapacitante y se presenta a cualquier edad, aunque es más frecuente su inicio entre los 20-30 años, mayormente en mujeres. Se sabe que es causada por una combinación de factores genéticos (vulnerabilidad al estrés, tener familiares con el mismo problema) y ambientales (familias sobreprotectoras, muy críticas o perfeccionistas o familias demasiado ansiosas).

 

Como todas las fobias, consiste en un miedo excesivo, persistente e irracional a determinadas situaciones, que produce en la persona gran ansiedad anticipatoria sólo con imaginar o pensar en encontrarse en la situación temida. También genera una respuesta de angustia intensa al exponerse a tal situación (desde intranquilidad hasta crisis de pánico) y la persona utiliza estrategias de evitación para evitar lo temido.

 

Anteriormente agorafobia se refería al temor a los espacios abiertos. Pero hoy se entiende la agorafobia como un temor irracional a encontrarse en situaciones donde hay dificultad para recibir ayuda o para escapar inmediatamente a un lugar seguro en caso de tener un ataque de pánico. Los temores del agorafóbico son múltiples e incluyen las siguientes situaciones:

- miedo a multitudes

- usar transporte público,

- desplazarse lejos del hogar,

- viajar solo,

- espacios abiertos,

- salir de casa,

- lugares concurridos como el supermercado o centro comercial,

- espacios confinados,

- quedarse solo en casa, etc.

Inicialmente la persona con agorafobia puede sentirse incómoda en las situaciones temidas, pero puede continuar sus actividades con ciertas restricciones que le dan seguridad (por ej, no manejar muy lejos de casa). Pero casi siempre está muy ansiosa debido a sus temores anticipatorios de entrar en pánico y no poder recibir ayuda en esas situaciones, por lo que adopta estrategias defensivas y objetos contrafóbicos para obtener cierta seguridad, creyendo controlar de algún modo sus temores. Ej: sentarse junto a una salida, no usar el ascensor, estar siempre cerca de un teléfono, usar siempre un objeto determinado o una persona que lo tranquiliza.

 

A medida que el cuadro empeora, la ansiedad de sentirse lejos de casa se hace cada vez más intolerable, hasta que realmente le aterra abandonar la  seguridad del hogar, por lo que queda confinado voluntariamente en su casa, de la que sólo sale acompañado con alguien que le inspira seguridad (la pareja, los padres, etc).  Esta restricción de las actividades y de la libertad personal provoca desmoralización y extrema dependencia patológica en el paciente (que se siente incapaz de salir de casa), llevándolo a grave disfunción familiar, social y laboral; así como a cuadros depresivos severos, adicción a sustancias y otros trastornos de ansiedad.

 

Tratamiento:

La agorafobia requiere tratamiento farmacológico con antidepresivos ISRS por 12 a 18 meses.

La psicoterapia cognitivo-conductual ha demostrado ser muy efectiva en agorafobia, mediante intervenciones cognitivas y técnicas de exposición gradual, entre otras.

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